LAS NUEVAS COMPETENCIAS PARA EL ABOGADO DEL SIGLO XXI: EL MODELO DELTA

Por: Andrea Naranjo

Profesión legal y tecnología, hasta hace muy poco dos áreas de conocimiento separadas. Sin embargo, ahora más que nunca se convierten en aliados para la eficiencia y productividad en el área de servicios legales. A continuación, abordamos el modelo Delta, un esquema de tres pilares propuesto dentro de las conferencias del Laboratorio LegalRnD del Estado de Michigan en 2008. El esquema integra las competencias necesarias para que el abogado transforme su ejercicio profesional en la era tecnológica en ciernes.

Imagen: Julián Naranjo

La incorporación de sistemas automatizados y de manejo de grandes volúmenes de datos, así como la facilitación tecnológica de los despachos -gracias a la implementación de los expedientes electrónicos, la participación y seguimiento virtual de los procesos-, trae para el abogado litigante y el profesional legal en general varios desafíos derivados especialmente de su formación originaria en las facultades de derecho hasta hace poco netamente “analógicas”, no centradas en los procesos de toma de decisiones y con muy poco énfasis en esquemas de relacionamiento con clientes, resolución de conflictos y menos aún marketing y promoción de los servicios jurídicos.

El Modelo Delta:

El esquema lo crean los abogados Alyson Carrel, Jesse Bowman , Shellie Reid, Jordan Galvin y Natalie Runyon de Thomson Reuters, junto con varios agentes reconocidos del sector legal norteamericano y es validado por el llamado Libro Blanco de Thomson Reuters: El modelo de competencia de abogados de Delta. Que se construye sobre tres competencias básicas:

Investigación y manejo legal: Aquí se encuentran las habilidades acostumbradas que los abogados hemos aprendido en la Universidad con algunas modificaciones, entre ellos: Manejo de la ley, búsqueda de documentos normativos y reglamentarios aplicables a los casos, investigación en antecedentes y precedentes juridiciales. Análisis legal de casos y escritura legal, que incluye la redacción legal clara, aún en deuda en la formación de los abogados.

Procesamiento de datos y uso de la tecnología: Este nuevo eje incluye maneras eficientes de selección de datos, manejo de proyectos, aprovechamiento de los datos obtenidos para crear nuevas formas de valoren los servicios de asistencia jurídica, incluso estar capacitado para utilizar tecnologías digitales para crear o mejorar los procesos de toma de decisiones e incrementar la satisfacción de la experiencia de los clientes.

Relación con los clientes: Precisamente en este sector se ubican todas aquellas competencias encaminadas a hacer la comunicación entre abogado y cliente más eficiente. Incorporando esquemas efectivos y coordinados de toma de decisiones. Abordando la relación con los colegas y funcionarios. Así como el manejo de relaciones comerciales de los abogados y ofrecimiento de servicios legales.

El proceso de transformación digital es ahora una realidad, su incorporación vertiginosa trae nuevos retos para el abogado y le obliga a cambiar la manera de abordar sus casos y relacionarse en su ambiente de trabajo legal. Del desarrollo de estas competencias dependerá su eficiencia, efectividad y en suma su éxito laboral.

En futuras entradas abordaremos de manera más específica cada uno de estos aspectos relevantes para el abogado de vanguardia. Acompáñanos y suscríbete a IUS PRO OMNES para que estés actualizado.

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